jueves, 28 de noviembre de 2013

Herreros de Humanos.



            Evelyn, entre sus fotos de París y de la bretaña francesa, me decía: “Espero que esos herreros hayan reconstruido bien todas las piezas”. Y en esas, voy y me acuerdo de aquellos meses del otoño granaíno, donde echaba carbón a la fragua y golpeaba el acero que sobre el  yunque esperaba ser templado.

            La sala de estar estaba llena de pobres. Las dos mujeres llenas de vida y de amor, acompañaban la
camilla que un joven celador arrastraba entre sonrisas dirección a quirófano. Los pobres, en la soledad de la sala de espera, miraban a las mujeres, tal vez por curiosidad o tal vez, por bondad. Ellos ya sabían lo largas que eran las horas en aquella estancia y esperaban su regreso.

            Las mujeres, caminaban sujetando las manos del enfermo en un doble lazo: - “no te vayas, regresa sano”. El celador, se paró en la puerta de entrada al quirófano; sólo una de ellas pudo pasar con él  y el enfermero.

            Sentí la necesidad de ir con ellos, de ver qué había más allá de aquella puerta, de saber qué comentaban, por qué se reían. Miré al techo de la sala y vi las luces blancas del pasillo, la frialdad que desprendían y me fui en su halo hacia dentro. Allí estaban los dos.  El celador había desaparecido y ella le besaba una y otra vez sin soltar sus dedos. A los pocos minutos apareció el joven con una enfermera. Ella le decía adiós mientras le mandaba besos, los mismos que él recogía.

            En el interior de la habitación del quirófano, el frío era intenso. Seis enfermeras hablaban con el paciente para romper las paredes de hielo del lugar mientras le preparaban. Una le golpeaba el reverso de la mano para buscarle la vena, mientras otras le ponían en cruz abrazando sus brazos a dos alas que salían de la mesa de operaciones, y la otra le invitaba a respirar de una mascarilla que él rechazaba. A su actitud, ella respondía con palabras tranquilizadoras:- “No te preocupes, lo haré de otra forma. Tú vas a ir a un sueño muy dulce, ya lo verás…”Así transcurría todo hasta que llegaron dos cirujanos. Ya le conocían, no era la primera vez. Tocaban su cuerpo, también le sonreían.

            Antes de empezar a descubrir sus órganos, a retener su alma dentro del cuerpo, salí de la sala. Ocho personas había junto a él, ocho herreros que iban a recomponer bien las piezas para que el cuerpo siguiera funcionando. En la salida esperaban ellas, junto a los pobres, dándose calor humano los unos a los otros.

            A los pocos días les vi de nuevo. Él entre las dos mujeres, cogido de sus brazos, apenas podía caminar. Iba vestido de  calle, dándole las gracias al personal del hospital por haberle atendido una vez más. Al ver la escena, sin saber por qué,  me acordé de una noticia escondida en las páginas del interior de un diario de tirada estatal. Hablaba, de un hospital del norte de Grecia donde sus trabajadores habían tomado las instalaciones negándose al cierre decretado por el gobierno. Éste esgrimía como excusa la falta de recursos en las arcas del estado, debido a la obligación de pagar la deuda externa.

            Cuando los tres pasaron hacia el ascensor, junto a la zona de quirófanos, allí seguían los pobres con cara de clase media, esperando tal vez sin saberlo, a que el gobierno diera la orden de cierre del hospital.





 
Marcos G. Sedano.

martes, 19 de noviembre de 2013

Llegaron fotos de Nueva York para la Ruta de Samuel Negreda.

 Llegaron fotos de Nueva York, en colaboración con las Historias de Samuel Negreda.
Muchas gracias a todxs, y esperamos más fotos.
Un saludo desde Puerto Bayyana, puerta de entrada al desierto de Andalucía.
Estambul, La Mezquita. Luis Ruiz.

 
Toñi Del Toro, Mujeres mirando la Mar, Tánger.

Nueva York. Miguel Ángel.

Nueva York. Miguel Ángel

Torre de Estambul, Rafael Pla-López.
Cienfuegos, Cuba. Sebastian.





                                              París, Evelyn Mesquidas.


LAS RUTAS DE SAMUEL NEGREDA


          Estimadas amigas y amigos:

          Mi amigo el artista, José Almécija, dibujante de las historias de Samuel Negrada, me pide imágenes para sacar el perfil gráfico de los próximos pasos del marinero granaíno-almeriense. Podríamos haber utilizado imágenes de la RED, pero nos parecía un recurso muy pobre, así que os hacemos la siguiente propuesta: Que colaboréis con nosotros, aportando vuestras fotografías de los lugares que hayáis visitado vosotros y que coincidan con la ruta de Samuel Negreda, protagonista de nuestra historia.

          Os facilito el itinerario y el resto os lo dejamos a vuestra imaginación:

Samuel Negreda sale desde Almería dirección a Santiago de Cuba, pasa por la Plaza de Marte y va a una casa colonial. Se dirige a la Habana, desde donde va a Nueva York. Después pasa por Cork (Irlanda) Lodres, y de allí a la bretaña francesa. Sigue hasta Paris y después a Tánger, Túnez, y Jerusalén. Continúa el camino a Beirut, el Cairo y Damasco. De allí pasa a Estambul, Atenas, Malta, Roma, Venecia (Plaza de San Marcos) y Córcega. Llega a Barcelona y regresa a Almería.

          En agradecimiento, nosotros pondremos a pie del dibujo el nombre de la persona que nos haya facilitado la foto y si se publica en papel haremos mención a tod@s l@s colaborador@s.

          Os mando el enlace a la ultima carta del marinero (http://tiemposdelsur.blogspot.com.es/2013/11/la-clandestinidad_7.html), que es la número cuatro el resto las podéis encontrar en mi blog, "Tiempos del Sur".

Muchas gracias a todxs por vuestra paciencia y colaboración.

Un saludo desde Puerto Bayyana, la puerta de entrada al desierto de Andalucía.

Marcos G. Sedano

viernes, 15 de noviembre de 2013

De Marinaleda a La Latina.


 

 

         A pesar de la suciedad, Madrid en otoño es un lugar para pasear entre tabernas, pasar la mañana en los museos o ver una "peli" que aún no la han estrenado en
Flamenco, C/ San Sebastián. (MGS)
provincias.

         También es Madrid, en estos tiempos que corren, un espacio de resistencias. Las luchas contra las élites del estado las libran lxs ciudadanxs madrileñxs con la intuición de saber que allí se está jugando algo más que las privatizaciones de la enseñanza, sanidad, las aguas del Canal de Isabel II o la recogida de residuos y jardinería de la capital del reino. ¡Madrid, resiste! a pesar de que han pasado, de que gobiernan la ciudad, la comunidad y España. Madrid resiste y el 15M no hubiese sido posible sin Sol.

Monumento a los compañeros asesinados
en la calle Atocha en 1977.(MGS)
         En todo esto iba pensado mientras caminaba por la calle de Atocha y la tarde nos regalaba una suave llovizna, cuando de frente, en la Plaza de Antón Martín, en dirección a La Latina, me abracé con el monumento a mis compañeros abogados y sindicalistas asesinados en 1977 en un despacho laboralista, unos metros más abajo. En ese lugar detuve el paso; Madrid olía y no era a basura, olía a transición o ruptura. Las castas dominantes en este monstruo de estado están en ello.

         Allí, donde los Borbones residen, los tambores de las tribus urbanas suenan en los barrios; se van decantando los intelectuales y artistas en qué lugar de la pancarta estarán, si detrás o enfrente.. Se van cayendo unas estructuras organizativas y levantando otras. Los ciudadanos en la dermis vecinal con perfume a castañas, acechan como felinos los momentos de la historia, cazando conquistas, reventando privatizaciones...

         Y tú compañera, tienes miedo de que Madrid se quede sola. No te preocupes, Ella es nuestra. La hemos levantado durante siglos, no les pertenece. Lo saben muy bien nuestros "fellah min guir ard" (campesinos sin tierra) aquí en mi casa, Andalucía. Me di cuenta, cuando ayer frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía,  le dijeron  a los jueces que nuestros quinientos procesados no son un tema judicial. Su delito es luchar contra el hambre y la pobreza y eso no se resuelve en los tribunales.

         En su alegato estaban como testigos todos los sindicatos alternativos y transformadores del estado español. A Plaza Nueva llegaron comunicados  de apoyo  de Europa y América latina. Nuestros jornaleros andaluces, convirtieron una acción local en una reacción global: la solidaridad entre los pueblos se teje andando.

         Y en un momento del acto, Paco o Joaquín, no se quién fue de los dos, recordó una frase atribuida a Emiliano Zapata : "O luchamos juntos, o nos ahorcan por separado".

         Madrid, Euskadi, Galicia, Murcia, El País Valenciá, Catalunya, Extremadura... también estaban allí, frente al régimen andaluz y español. Los mismos que se encuentran a la salida de un túnel que se bifurca, con dos letreros que anuncian: el de la derecha, Reformas, el de la izquierda, Ruptura.

 

Marcos G. Sedano.

          

 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Desde mi ventana.


 
 

 

Es mi ventana un balcón
Desde mi ventana, Mediterráneo.
a la Mar,

donde salpican
los barcos la tarde.

 

El Sol se apaga
en la lejanía,

allí, soñar quisiera.

 

Hacia ti, Gran Río,

sobre las olas

dejo navegar  el cuerpo.

 

Al paso, entre la tierra

albariza,

viven en mí las bodegas

y en los pulmones su aliento.

 

¡A Sevilla, madre, a Sevilla!

Dejadme perderme en sus calles,

vomitar  en las esquinas,

que me recoja la madrugada,

meando sobre sus aguas.

 

Marcos G. Sedano.

 

 

 

jueves, 7 de noviembre de 2013

Samuel Negreda (IV) La sublevación de las Ciudades.


 

Dibujos de, José Almecija.
Jamás hubiese imaginado Samuel Negreda lo que le ocurriría detrás de aquella puerta de madera de cedro, regalo de los habitantes del Valle de la Bekaa a Abrahán Manzano. El viejo almeriense fue despojando al marinero de cada uno de los cascos  que le cubrían, (como si de una cebolla se tratara), hasta llevarle al lugar más remoto de su alma, donde se hundían sus raíces. El olor a sándalo de la madera del Líbano que impregnaba  la casa lo llevaría toda la vida. 

            Mientras dejaba atrás la casa, acompañado por Almécija, camino del coche donde les esperaba la Cubana, Samuel intentaba repasar lo inmediato: los pasos que a partir de ese momento tenía que dar, por el compromiso adquirido con Abrahán y Lola, en nombre de la Casa de las Rosas de Tahal. Él no se sorprendió cuando pasadas las horas en el té de la sena vio entrar a su anfitriona. Ella no era sólo la mensajera, la que tendió el puente para su regreso. Lola, marcó el camino que a partir de ahora tendría que seguir el marinero. Si Abrahán significaba el alma de Tahal, su amiga sólo podía ser el cerebro de la organización. A su fortaleza intelectual, de mujer de negocios a nivel internacional, en un mundo de hombres, la acompañaban las cualidades de ser una mujer paciente, serena, exuberante, voluptuosa, de una sexualidad llena de caminos y sorpresas. Así se presentaba ella en el imaginario de Negreda. Amigos desde su juventud, habían dejado el placer de compartir el tacto de unas sábanas blancas de algodón egipcio, sabiendo ambos que existía una asignatura pendiente.

            En este momento era otro el negocio que les traía. A él, le eligieron para ser el ejecutor de un proyecto colectivo, y aún no entendía los motivos. El tiempo dirá, -pensaba el marinero- cuando Almécija rompió la abstracción en la que se encontraba.

-Nagreda, hemos vendido tu barco a un amigo, es un acto formal. Tenemos que borrar tus huellas, nadie debe saber ni por dónde ni hacia dónde te mueves. Lo hemos desamarrado de este puerto y lo hemos atracado en el de Adra. Desde allí nos resultaría  más fácil tomar vías de seguridad en el Mediterráneo si tuviésemos que poner tierra de por medio.  

La organización se había adelantado a la conformidad del marinero, ellos sabían que aceptaría la propuesta. Ante la información de Almécija, Negreda sonrió y le respondió:

-De acuerdo, pero a partir de ahora las fichas las muevo yo.

autorretrato.jpgAlmécija, al  que terminaba de conocer, le devolvió desde detrás de sus gafas otra sonrisa. Almécija, era un conocido abogado de la ciudad. Nacido y criado en el barrio de los marineros se había creado así mismo. Trabaja para Lola.  A pesar de su cuerpo delgado y pequeño, y cara de niño, su fuerzas abarcaban a los cinco continentes. Había hecho su carrera a la sombra de su patrona, y con sólo una mirada de ella, ya sabía lo que hacer.

calle-reyes-catolicos.jpg
Negreda, miraba las calles que horas atrás pisó; ya no eran las mismas. Las alarmas del marinero estaban activas y procesaba las sombras de las callejuelas en su cerebro al mismo tiempo que las miraba. Esa sensación de clandestino era una vieja conocida de él. Le acompañaba desde chavea y, a sus cincuenta años, formaba parte de su instinto. Todo empezaba de nuevo; la clandestinidad conllevaba pisos francos, documentación falsa, estar en continuo movimiento, tener preparadas varias salidas, no descuidar nunca la retaguardia…Pero en aquella ocasión existía una gran diferencia con las otras.  Se le pedía que él mismo se metiera en una ratonera, que jugara al gato y al ratón en una ciudad pequeña y militarizada, donde su gente apenas tenía estructura y su fortaleza ideológica estaba por demostrar. Aún así, en esas condiciones, él había dicho que sí. Sabiendo además, porque Lola y Abrahán se lo adelantaban, que aquella batalla no se daba para ganarla.

La sublevación de la urbe no es el objetivo, es la excusa,- Le dijeron.- Nosotros como ellos, necesitamos aprender. El humo que viene de la Ribera Norte de África no nos puede dejar ciegos cuando las llamas lleguen hasta aquí.

barcosamuel.jpgSamuel venía del lugar donde estaba el fuego; Libia, Siria, Irak, Palestina, Líbano…Sabía que las fuerzas eran desproporcionadas, que el Imperio del Mal se había detenido de momento en Siria, porque otro Imperio Emergente colocó allí sus barricadas. Pero  él creía que el cortafuegos europeo se puso en la ex Yugoslavia. Sin embargo, la Casa de las Rosas de Tahal, una hermandad creada según sus amigos antes de la construcción del Templo de Salomón y que él  ignoraba hasta ese momento que existía, opinaba lo contrario. Por eso, preparaban una estrategia que les permitiera afrontar una confrontación internacional con telón de fondo en la vieja Europa.

Cuando se subió en la parte trasera del coche, la Cubana le saludó desde el asiento del conductor:

 -Hola marinero, bien venido a bordo.

 Negreda le devolvió el saludo recordando las palabras de Lola: - “a partir de ahora, Almécija y la Cubana van a ser tu sombra”.

sefarat.jpgMientras se alejaba de las casas calientes donde ya no podría volver, pensaba en el beso con sabor a menta, limón y canela que Sefarad le dio en su despedida…no era la primera vez que lo besaba, en otro tiempo, en otra vida…Se fueron  alejando entre fachadas llenas de salitre, edificios cerrados con letreros donde se podía leer “SE VENDE”. La crisis internacional no sólo afectaba a la plebe, también una parte de la burguesía urbana y de la clase media se habían ido a la ruina.

En aquel contexto mundial, aquella ciudad. Eran el continente y con su contenido, tenía que SUBLEVARSE. El juego ya estaba en marcha, los acontecimientos irían diciendo.