lunes, 26 de junio de 2017

Arde el patio de Doñana


Detrás de las cortinas de humo
Que cubren sus negocios
Están nuestras vidas
En llamas.

La guerra es un activo
De multinacionales
Que proporcionaBeneficio
Proporcionalmente
A la destrucción
Cuantitativamente
Llena de muerte.


Cuando arde el monte
Y refleja beneficio
Busca a los accionistas
Que reparten dividendos
Y encontrarás la mano
Que inició el incendio.

Corruptos, crimen organizado
Con capacidad legislativa
Que crea las condiciones
Y después disparan.

A las puertas de Doñana
Con los acuíferos
Del Parque Nacional
Resisten los Matojos
Como cualquier animal
Sin pies para correr.

Andaluces y andaluzas
Incendiar Doñana
Es incendiar
Vuestras casas
Defiendela!

Desde Puerto Bayyana
Marcos G Sedano

sábado, 24 de junio de 2017

Puerto Bayyana

Entrevista realizada por el diario Ideal, de Granada, en la presentación del poemario:

Puerto Bayyana 
Tres años de amor y de guerra 




-En breves líneas, ¿quién es Marcos G. Sedano?
Un granadino que inició una travesía hace más de veinte años, y ve el momento de regresar a Ítaca, Granada, cargado de muchos más años y lleno de experiencias vitales.

-Vuelve a Granada, y con un libro bajo el brazo. ¿Satisfecho?
Los libros son como las hijas, uno siempre se siente feliz con ellas, pero se les pide más de lo que dan. Esa pequeña insatisfacción es la que nos da ilusiones para seguir mejorando, con nuestras hijas y en la literatura.

-¿A qué invita en este poemario?
La poesía es un ser vivo; se puede oler, abrazar, tocar y va llena de sueños, de esperanza y desesperanza.
En estos momentos de guerras, de refugiados, de paro de millones de trabajadores y trabajadoras, de atentado ecológico al planeta, de feminicidio en las sociedades modernas, de epidemias como el cáncer, el alzhéimer, la diabetes…que podrían ser curables y no lo son…
¿Quién no es poeta, como arma de rebeldía? ¿Quién no utiliza los versos y estrofas para decir ¡NO A LA GUERRA! ¡SÍ A LA VIDA!
En la poesía siempre hay un espacio para el amor, el individual y el colectivo. La búsqueda del yo convertido hoy en un ser líquido, que nos deja flotando en el aire, llenos de miedos e incertidumbres, es el adversario de este poemario.
Este poemario invita a eso, a ser uno en los demás, con su intimidad. Invita a vivir y a no asumir la violencia del poder como algo inevitable. Invita a ser rebeldes y a navegar en tiempos difíciles.

-¿Por qué este título?
Siempre he considerado que Almería y Granada eran parte de lo mismo. Puerto Bayyana es la ciudad antigua de Almería, el espacio que comprende la bahía hasta el desierto de Tabernas. Bayyana, lo que hoy es Pechina, fue República Marítima, un lugar desde donde se partía a la conquista del Mediterráneo, en el sentido comercial y de intercambio humano, un encuentro entre continentes. Sólo que en mi caso ha sido al contrario, un lugar donde terminar, para llegar después a Granada. Siempre he estado enamorado de este lugar, Bayyana, por su espiritualidad, su materialismo y su historia; de ahí parte del título. La otra parte es la guerra interior que todos estamos viviendo en la última década y la guerra exterior que vivimos, esa que destruye naciones y aniquila a millones de seres humanos. Yo la dejo en tres años, que son aproximadamente los que llevo aquí, después de vivir durante veinte años en Sevilla.

-¿Qué le llevó a la poesía?
La necesidad de comunicar lo que estaba viviendo y trasladarlo a los demás, porque en los demás también está mi liberación y la poesía es un camino que nos une.

-¿Y que ha encontrado en ella?
“Un arma cargada de futuro” que diría el poeta. Pero también, una válvula de escape a la presión de conocer y no poder parar los genocidios; un camino a la felicidad en tiempos difíciles, que convierten a la sociedad postmoderna en un cascarón vacío y muchas veces cruel con el ajeno. También he encontrado amor y satisfacción al saber que era útil a los demás a través de lo que escribo.

-¿La poesía es hija de la inspiración o del trabajo?
La poesía es hija del trabajo, de la inspiración, de la necesidad de soñar que otro mundo es posible, el personal y el colectivo, en armonía con el Planeta Tierra. Desde ahí, los caminos de la poseía son infinitos.



Muchas gracias

Un saludo

Marcos González Sedano