Es mi ventana un balcón
Desde mi ventana, Mediterráneo. |
donde salpican
los barcos la tarde.
El Sol se apaga
en la lejanía,
allí, soñar quisiera.
Hacia ti, Gran Río,
sobre las olas
dejo navegar el cuerpo.
Al paso, entre la tierra
albariza,
viven en mí las bodegas
y en los pulmones su aliento.
¡A Sevilla, madre, a Sevilla!
Dejadme perderme en sus
calles,
vomitar en las esquinas,
que me recoja la madrugada,
meando sobre sus aguas.
Marcos G. Sedano.
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