Marlene Dietrich |
Tal vez, porque el azul del Mediterráneo de tus ojos
haga juego con el cielo gris de París; tal vez, porque no quiera guardar
silencio; tal vez, porque me urja decirte, deciros, en un intento desesperado
por salvarme, que yo nunca he querido ser miembro de ese Club UE, de niños
ricos envueltos en trajes de Hugo Boss y botas de campaña.
Porque no es Europa; es el proyecto Nacional Alemán,
con la marca de Caín en la frente (UE), el que avanza sobre millones de parados,
sobre cientos de miles de desahucios, sobre las frías cifras de los suicidios,
de la pobreza, de la destrucción de la riqueza cultural y económica acumulada
durante siglos, apoyando las guerras del Imperio, fagocitando estados...
Y vosotras, las organizaciones surgidas después de la
Segunda Guerra Mundial, comprometidas con la paz social de posguerra y habiendo
cumplido ya vuestra función histórica, amnésicas y como zombis en su necrosis,
os ponéis a las ordenes de las élites una vez más. Nos imponéis a los de abajo
las leyes de desposesión, de mordaza, de represión... después de vuestra labor,
como muertos que sois, os enterrarán.
Pero los amos del Club también tienen miedo a ser
incinerados en la confrontación de los Gigantes (EE.UU. y China), y en un acto
desesperado por mantener su tasa de rapiña, se han dado a una suerte de
relaciones Norte/Sur con su periferia: Italia, Grecia, España, Portugal,
Irlanda y los desafortunados Países del Este, que huyendo del frío de Siberia
se arrojaron al fuego del Etna. Nos han convertido en colonias
económicas y políticas del Subimperio Alemán, con herramientas tan viejas como
la deuda externa, que se convierte en eterna y que ya fue utilizada contra los
pueblos del Sur (América Latina, África...). ¡Y nosotros defendiendo al
colonizador!.
En ese Club, no hay vida para nosotros los de abajo; en
él somos las victimas. ¡No! amigos y amigas; no vale la excusa de que hay que
estar ahí para parar a la extrema derecha, para cambiar las cosas desde dentro...
las cartas está marcadas. La UE está hecha y diseñada para que la controlen las
élites; ¡si o si!... no hay otra posibilidad.
Por eso, me urgía decirte, deciros, por si sirve de
algo, si acaso para salvarme del frío de los cobardes, que existe una
responsabilidad histórica para los que conociendo la naturaleza del Monstruo,
juegan al posibilismo, al oportunismo, mientras se cavan las trincheras de la
destrucción. No olvidéis amigos que la historia no se repite, pero se parece.
La alternativa a la UE está fuera, creando espacios
liberados del proyecto Nacional Alemán, que es el eje vertebrador europeo de la
nueva versión del capital, post-muro de Berlín.
Por eso, tal vez porque el azul Mediterráneo de tus
ojos hace juego con el gris de del cielo
de París, yo quiera volver a liberar la ciudad, ¡Orfidensen, UE!
Marcos G. Sedano.
Gracias, nexus. "Orfidensen" podía ser el palabro que decían mis hermanos andaluces cuando retorcidos sus huesos, volvían al pueblo. Un saludo.
ResponderEliminarNo hay de qué, Marcos......por cierto, se me olvidó decirte: soy Federico, tu camarada "virtual" de Almería/Ciudad Real (a camino entre dos "mundos").....lo de Nexus es un nombre clave que uso en algunas redes sociales (por los nexus 6 de "Blade Runner"....yo también soy una máquinita creada por el Capitalismo a través de su televisión y sus "educadores", que tomó conciencia de si misma y de su libertad, y quería (y quiere) "vivir" más, y mucho mejor........................sigo tu blog y tus escritos a menudo.......por eso he dicho "como siempre"; porque como siempre, lo bordas........un abrazo, hermano andalusí, mediterráneo y terrícola.......
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