Foto realizada por, José Manuel Al-mería. |
Recuerdo
a ese hombre, le conocí hace más de veinte años, está ahí, sentado en la
taberna del puerto mirando la Mar. Sus ojos son grises como la tarde. Todo el
mundo le conoce aquí, todo el mundo sabe que trueca perlas por palabras.
He envuelto las espinas de tu nombre/ con guantes de
seda.
El papel que las lleva/navega en las arenas del
desierto.
Cuando
le vi por primera vez aún era joven. Aparcaba coches en las plazas de Sevilla.
Cuando la gente iba a darle unas monedas él las rechazaba. Quería palabras,
pobres o ricas, palabras humildes o diamantes de palabras. Le gustaba construir
rosarios con ellas, para bailar las cuentas entre las yemas de sus dedos: roto,
amor, paz, destrucción, guerra, campos, amapolas...
Ahora que soy nada/apenas una herida en la roca/quiero
vivir lentamente/como la tarde.
Un día,
hace ya mucho tiempo, desapareció. Hoy le veo de nuevo. En una mesa cambemba
que recoge la sombra de las gaviotas, talla palabras sobre el papel: solidaridad,
claveles, compañero, brisa, sangre, vida, corazón, rosa.
Quiero dejar la cabeza dormir/sobre la brisa de la
Mar/reconstruyendo tus besos.
Me
gustaría abrazarle, despertarle del letargo, quitarle el papel y el lápiz y
tirarlos al agua, junto a los barcos de guerra que bloquean el puerto. Pero el
sigue escribiendo "Andalucía, patio, niños, geranios, hambre".
Quiero sentir/de tu cuerpo el perfume/cuando abandonas
la casa/y preso en el rocío de la mañana/ cae en mi vaso.
Puerto Bayyana, primavera de 2014.
Marcos G Sedano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario