que hay un lugar en
una isla donde el brujo va
todos los meses a robarse
la luna.
Que extraña historia ¿no?
Luces
de neón, en el Lolita´s
Seguramente si Joan Marsé llegase a leer esta carta, le
extrañaría que este andaluz que escribe, comparase su novela “Lolita´s Club”
con el régimen español. Sin embargo, la situación que vivimos a mi me recuerda
aquella atmósfera decadente, llena de alcohol y humo en una noche inacabable,
donde los personajes se van destruyendo uno a uno, y que él tan magistralmente
narra.
El Lolita´s está en la ruina; lo empezó a estar el mismo
día que pusieron la primera piedra. Sus cimientos se levantaron sobre las fosas
comunes que salpican toda la geografía de esta piel de toro cuarteada. Los
demócratas asesinados en la última contienda fueron olvidados en las cunetas,
mientras los golpistas descansaban en Campo Santo. Las castas políticas que
formarían el nuevo régimen heredero del anterior, demostraron que su
pragmatismo iba más allá de la dignidad de los ciudadanos. Tal vez los
firmantes del pacto constitucional del 78, al menos los depositarios del legado
de la II República, desde el PCE al PSOE, no fueron conscientes de que lo
primero que se hace cuando se firma la paz es retirar a los muertos del campo
de batalla. Sobre ese olvido sólo podía levantarse el Lolita´s Club.
Señoras y señores, el espectáculo continua, las sesiones
son permanentes. Basta mirar como los artificieros públicos o privados de los
medios de desinformación colocan los petardos en los cimientos del Club para
darse cuenta de ello. Observen como los ilusionistas sacan una foto del monarca
al lado de un elefante muerto, cazado mientras a su yerno el deportista
triunfador de otros tiempos, le llaman a declarar a los juzgados. En esas se
está cuando su esposa, la hija del Jefe del Estado, se muda con los niños a
vivir a otro país. Ni mentemos si quiera como apareció en escena una señora
alemana que se bajaba del avión al lado del rey como si de una agregada
comercial se tratara. No sé si recordarán ustedes cuando este tipo de cosas se
metían debajo de la alfombra real y ¡ ay de aquél o de aquella que intentara
levantarla!.
Imagínense ustedes, si esto le está ocurriendo al Jefe, que
no les va a pasar a los camareros. A esos que toman de la red pública el
suministro del gas, el agua, la electricidad, la sanidad, las gambas y los
jamones (aún esto último pueda parecer de mal gusto) y los dirigen directamente
a sus bolsillos o a las sedes de sus partidos, sin pasar por hacienda.
El Lolita´s ha permitido las orgías para las castas, y ha
ido apuntando en la libreta el débito. Después han pasado la factura. Podemos
verlo en los últimos Presupuestos Generales del Estado, que son un reflejo de
para quiénes trabajan las mayorías parlamentarias. Al borde de la banca rota,
todas las medidas que se han ido tomando para salvar la situación han sido
dirigidas desde el gobierno de Zapatero al de Rajoy, contra la mayoría de los
ciudadanos y a favor de las élites, las de dentro y las de fuera del estado
español.
Las luces
de neón del Lolita´s Club ya no atraen a los clientes. Se prohibió fumar y
escupir en el suelo; sólo se permite en la pelis de Alex de la Iglesia. En este
momento todo lo que alumbra el escenario, desde Catalunya, a la petición del Parlamento Vasco de anexionar a Álava el
Condado de Treviño, pasando por los ERES en Andalucía, tienen que ver con la
situación del Club.
Los que mandan realmente en el local ya tienen encima de
sus mesas dos propuesta para seguir viviendo del negocio; una pasa por una
reforma en profundidad del Club (a estas alturas del sarao las rehabilitaciones
cosméticas no les sirve) con parte de los viejos gestores (posiblemente en el
terreno político y sindical prescindirían de la vieja izquierda) y la otra,
demoler el Lolita´s y levantar sobre el mismo solar otro Club, con nuevos
gestores y luces led.
Ninguna de las dos propuestas es la nuestra, la de la
mayoría de los ciudadanos. En las dos, a nosotros se nos asigna el papel de
criados de las élites. Seguiremos siendo los mismos que desahucian, mandan al
paro, condenan a cerrar su empresa, nos expropian de la sanidad, la enseñanza…Y
todo esto bajo la ilusión de una democracia donde las cartas están marcadas y
sólo nos dejan la posibilidad de elegir de entre lo malo, lo menos malo, como
si de una peste bíblica se tratara.
El Lolita´s Club se hunde y nosotros no tenemos porqué
apuntalarlo. Nunca ha sido nuestro, siempre ha sido un Club de privilegiados.
No lo duden, somos los que hacemos posible que nuestra sociedad funcione de día
y de noche. Construyamos una casa donde las relaciones humanas sean entre
iguales y lo fundamental esté bajo control social.
Nosotros decidimos: ¿otro Lolita´s o la democracia real?
Marcos González Sedano
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