jueves, 29 de octubre de 2015

Segunda canción



Fue en su soledad, ya mayor
cuando se puede vencer
pero imposible triunfar
cuando el otoño es acompañante
y no una estación del año


Frente al espejo se descubrió
Estas hojas que caen
Auguran un largo invierno
Se preparó para el destierro
Que es eterno y duro, muy duro

Como destino, decidió la Mar
Junto al puerto, para ver salir a faenar
A la Luna y al cielo en un barco velero
Que su barba fuera arena
Su espalda pegada al suelo, un madero

Se despidió una noche tierra a dentro
Mientras su pueblo dormía, de la cigüeña y el puente
De las piedras de la calle que le hicieron compañía
Y de una procesión de perros y gato
Que entretenidos en lo suyo le acompañaron un rato

El otoño de su vida
no quiso ser marinero
Sino piedra de bahía
En el baluarte vigía
En la taberna del puerto
El hombre de tierra adentro.
Antequera, Andalucía. Foto MGS.

Desde Puerto Bayyana, al levante de Andalucía y al Norte de África
Marcos G Sedano:

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